viernes, 12 de octubre de 2007

La comunicación masiva

Algunos teóricos de la comunicación se cuestionan sobre la manera en que se relacionan las conductas de los productores del mensaje con las de los receptores del mismo y concluyen que todos los mensajes surgen de limitaciones no reconocidas y llevan a consecuencias no anticipadas.

Desde esta perspectiva, la comunicación masiva puede verse como el conjunto de medios para producir patrones culturales creados por estrellas de cine, programas de televisión, y lenguajes populares. Estos patrones, a su vez,, son consecuencia de las estructuras sociales, políticas y económicas en la que funcionan los medios (Pearce y Foss, 1990).

Otro grupo de teóricos se centra en el análisis de la conducta intencional del público en la selección e interpretación de los mensajes producidos por otros. Las personas no son receptores pasivos de información, sino usuarios intencionales de los medios de comunicación, de manera que gratifican sus necesidades particulares de diversas formas.

La comunicación interpersonal

Es el tipo de comunicación bidireccional en el cual se lleva a cabo un proceso de intercambio de información, sentimientos, emociones, etc., entre personas o grupos.


Un intercambio comunicativo que abarque a un grupo de diez amigos o conocidos es de alguna manera “más interpersonal” que el programa de televisión que se emite para millones de espectadores; pero al mismo tiempo es “menos interpersonal” que un diálogo entre dos amigos. De esta manera, una perspectiva situacional localiza las relaciones comunicativas en un proceso que va de lo interpersonal a lo muy personal, en vez de establecer dos categorías mutuamente excluyentes y precisas; comunicación interpersonal en oposición a la impersonal.
Los criterios situacionales, aún cuando son necesarios al tratar de darle sentido al término comunicación interpersonal, son definitivamente inadecuados. Estos criterios son un ingrediente indispensable pero no suficiente para una definición útil y óptima.


Además de los factores situacionales, una definición adecuada de la comunicación interpersonal deberá también tomar en cuenta determinados procesos de desarrollo asociados con la relación; esto es, debe considerar cómo se relacionan y cómo se “ven” los comunicadores entre sí, y la forma en que planean y regulan sus intercambios comunicativos. Un esbozo conceptual de esta perspectiva de desarrollo en las relaciones interpersonales revelará varios factores cualitativos que afectan la relación y contribuyen a conformar una definición adecuada del término “comunicación interpersonal”.

La comunicación intrapersonal

La comunicación intrapersonal es el modo en que somos coherentes con nosotros mismos; es la manera de llevar una ilación adecuada entre lo que pensamos, sentimos y hacemos; es, en otras palabras, ser congruente, tener el privilegio de expresarnos con palabras que se adecuen justamente a lo que queremos decir sin dar oportunidad a interpretaciones ambiguas.
Para lograr una correcta comunicación intrapersonal es preciso aprender a conocerse a sí mismo, piedra angular de las relaciones humanas. En este aspecto insistieron pensadores y filósofos.
En la comunicación intrapersonal existe un obstáculo que puede llevar a la incomprensión de los demás, a la mala interpretación de lo que queremos hacer o decir. Esta dificultad se le conoce con el nombre de “alexitimia”, término que proviene del latín y que significa “alexia”: incapacidad para leer, y “timia”: sentimiento.
La alexitimia es el desorden neurológico que consiste en la incapacidad del sujeto para identificar las emociones propias y, consecuentemente, la imposibilidad para darles expresión verbal y es un trastorno muy extendido entre la población. De hecho, afecta a una de cada siete personas.Los neurólogos han observado anomalías en una zona cerebral, cuya función sería la de vincular el crisol de las emociones con la zona que toma conocimiento de estas emociones, las analiza y las fórmula. Los alexitimicos, en lugar de mostrar una actividad cerebral adaptada a la intensidad emotiva de la situación, como es el caso normal, manifiestan una actividad demasiado débil o intensa, que perturba la apreciación justa de la experiencia emocional.Las sensaciones corporales aparecen escasa o nulamente asociadas a estados mentales. Sus causas deben buscarse en los primeros años de la infancia. El niño pequeño, que no posee todavía estados mentales jerarquizados y asociados a conceptos o palabras, aborda el mundo de las emociones por intermedio de su cuerpo.En un estado posterior, los sentimientos de deseo o de cólera se manifiestan también mediante sensaciones físicas. Más tarde, llega la edad en que resulta necesario ordenar ese conjunto de sensaciones orgánicas en un todo coherente, aprender que los otros experimentan cosas parecidas y encontrar un código común para identificarlas, tanto en uno mismo como en los demás, para poder convertirse en un ser social y reflexivo.Los padres desempeñan un papel importante en esta evolución canalizando con sus palabras las sensaciones físicas hacia la mentalización, esto es, hacia la adscripción de etiquetas a esas sensaciones, que servirán para identificarlas y comunicarlas. Estos intercambios lingüísticos es probable que sean determinantes para la formación de amplios repertorios de sensaciones asociadas a palabras o a pensamientos.Si los padres, por una razón cualquiera (depresión, personalidad frágil, inestabilidad emocional o incluso alexitimia) no le aportan al niño suficientes indicaciones verbales sobre las emociones que experimenta, este puede encontrarse falto de palabras, reflejo de la pobreza de sentimientos identificados.Es probable que más adelante se refiera sistemáticamente a sus sensaciones corporales, sin lograr que la sensación tenga acceso al nivel de los estados mentales.

Definición de comunicación

La comunicación es el proceso interpretativo a través del cual los individuos –en sus relaciones, grupos, organizaciones y sociedades- responden y crean mensajes que les permiten adaptarse a su entorno y a las personas que los rodean.

jueves, 4 de octubre de 2007

La Comunicación intrapersonal

La comunicación intrapersonal es el modo en que somos coherentes con nosotros mismos; es la manera de llevar una ilación adecuada entre lo que pensamos, sentimos y hacemos; es, en otras palabras, ser congruente, tener el privilegio de expresarnos con palabras que se adecuen justamente a lo que queremos decir sin dar oportunidad a interpretaciones ambiguas.
Para lograr una correcta comunicación intrapersonal es preciso aprender a conocerse a sí mismo, piedra angular de las relaciones humanas. En este aspecto insistieron pensadores y filósofos.
En la comunicación intrapersonal existe un obstáculo que puede llevar a la incomprensión de los demás, a la mala interpretación de lo que queremos hacer o decir. Esta dificultad se le conoce con el nombre de “alexitimia”, término que proviene del latín y que significa “alexia”: incapacidad para leer, y “timia”: sentimiento.
La alexitimia es el desorden neurológico que consiste en la incapacidad del sujeto para identificar las emociones propias y, consecuentemente, la imposibilidad para darles expresión verbal y es un trastorno muy extendido entre la población. De hecho, afecta a una de cada siete personas.Los neurólogos han observado anomalías en una zona cerebral, cuya función sería la de vincular el crisol de las emociones con la zona que toma conocimiento de estas emociones, las analiza y las fórmula. Los alexitimicos, en lugar de mostrar una actividad cerebral adaptada a la intensidad emotiva de la situación, como es el caso normal, manifiestan una actividad demasiado débil o intensa, que perturba la apreciación justa de la experiencia emocional.Las sensaciones corporales aparecen escasa o nulamente asociadas a estados mentales. Sus causas deben buscarse en los primeros años de la infancia. El niño pequeño, que no posee todavía estados mentales jerarquizados y asociados a conceptos o palabras, aborda el mundo de las emociones por intermedio de su cuerpo.En un estado posterior, los sentimientos de deseo o de cólera se manifiestan también mediante sensaciones físicas. Más tarde, llega la edad en que resulta necesario ordenar ese conjunto de sensaciones orgánicas en un todo coherente, aprender que los otros experimentan cosas parecidas y encontrar un código común para identificarlas, tanto en uno mismo como en los demás, para poder convertirse en un ser social y reflexivo.Los padres desempeñan un papel importante en esta evolución canalizando con sus palabras las sensaciones físicas hacia la mentalización, esto es, hacia la adscripción de etiquetas a esas sensaciones, que servirán para identificarlas y comunicarlas. Estos intercambios lingüísticos es probable que sean determinantes para la formación de amplios repertorios de sensaciones asociadas a palabras o a pensamientos.Si los padres, por una razón cualquiera (depresión, personalidad frágil, inestabilidad emocional o incluso alexitimia) no le aportan al niño suficientes indicaciones verbales sobre las emociones que experimenta, este puede encontrarse falto de palabras, reflejo de la pobreza de sentimientos identificados.Es probable que más adelante se refiera sistemáticamente a sus sensaciones corporales, sin lograr que la sensación tenga acceso al nivel de los estados mentales.